martes, 3 de junio de 2008

Reportaje: Nuestros abuelitos

Karla Maldonado

La palabra “tercera edad” es un término antrópico-social empleado para asignar a las personas mayores que se ubican entre los 65 años en adelante y debido a la tasa de natalidad, a la mejora de la calidad de vida y a la esperanza de vida este grupo ha ido creciendo poco a poco llegando hasta el punto más alto de la pirámide poblacional.
Lamentablemente debido a la edad, muchos llegan a perder las oportunidades de trabajo, la oportunidad y capacidad de socialización e incluso el estado de ánimo llega a cambiar por completo, llegan a sentirse un estorbo, una carga para sus respectivas familias, ellos mismos se denigran y no logran ver ninguna salida que no sea terminar en un asilo.
Para complementar todos estos factores entran en juego, otros e incluso más riesgosos como lo son las llamadas enfermedades de la vejez entre las cuales destacan el Alzheimer, artrosis, depresión, ceguera, etc. Actualmente la nueva Sociología de la tercera edad se ha planteado proyectos sobre la proyección humana de personas mayores con la finalidad de considerar a estas personas como un grupo cultural en la estratificación de la población así como brindarles un trato igualitario al de todos los demás.
Para lograr tener un futuro mejor como para las personas de la tercera edad como para nosotros, ya que merecen cariño y un trato justo que logre compensar todo lo que ellos algún día hicieron por nosotros.

Y adentrándonos un poco más hacia las problemáticas de la tercera edad está el abandono por parte de la misma familia o en todo caso las mismas personas ya mayores llegan a plantearse la solución de las llamadas residencias de la tercera edad, debido a la situación familiar, física o por simple comodidad.
Para estas personas mayores y para el mundo entero el sinónimo de una residencia, casa o asilo de la tercera edad es tranquilidad, comodidad, asistencia y placer. No ven otro lugar mejor que este debido a que su vida ya está prácticamente “resuelta”. El abandono es algo que se da en cualquier etapa de nuestras vidas y que lamentablemente no es mucho lo que se hace por parte de la sociedad para remediar este problema. Todo esto puede lograrse educando a la sociedad y haciendo ver que el gobierno ha puesto a favor de la tercera edad distintas leyes y políticas sociales.
Se han publicado infinidad de artículos en el Internet, sobre el abandono, la forma de vida, las principales necesidades que tiene una persona de la tercera edad, sobre las enfermedades que pueden padecer entre otros. Las revistas hablan muy poco de ellos y la televisión ni se diga, solo le dan importancia a lo que hace noticia y a lo que da a ganar más, sin importar por lo que estas personas han o están pasando.
Actualmente la sociedad a perdido ese respeto por nuestros abuelitos, el mundo en el que vivimos nos a impedido agradecer y ver todo lo bueno de estas personitas, las cuales tienen un corazón enorme y profundo mar de secretos, son personas que siempre tienen algo que contar y que siempre te van a escuchar.
De todo esto podemos darnos cuenta gracias a la amabilidad de las personas mayores, ya que en una entrevista con el señor Domingo Ibarra Peña y la señora Esther Vázquez Gutiérrez logramos ver que muchos abuelitos están en el asilo debido a que no tienen familia y porque se sienten seguros y tranquilos en ese lugar, aseguran que no hay mejor lugar que estar dentro del asilo, les brindan todos los servicios posibles y los tratan como merecen.
Nosotros como seres humanos que somos debemos de aprender a convivir con ellos y de igual forma brindarles sustento ya que la Licenciada Viridiana Ríos del asilo de ancianos, asegura que las necesidades de los abuelitos son muchas y de alguna manera se logran hacer campañas y eventos para ellos.
El gobierno es uno de los factores más beneficiarios de las instituciones encargadas de estas personas, ofrecen recursos y ayuda a quienes más lo necesitan, pretende sacar adelante y hacer valer los derechos de estas personas de la manera en que más se sientan importantes ante la sociedad y que sepan que son indispensables para el mundo entero y también para nosotros, debemos valorarlas porque son personas con una grandiosa sabiduría la cual fueron acumulando durante años y que gracias a eso nosotros como jóvenes podemos recurrir a ellos para un consejo y aprender la clave de la felicidad.
No cabe duda que nuestros abuelitos son un tesoro, un tesoro que tenemos que saber encontrar y sobre todo compartir para aprender de ellos y que también ellos aprendan de nosotros por qué no, solo necesitan un poco de atención, que una persona se siente a platicar con ellos, saber que tienen a alguien cerca y que no están de carga para alguien, son personas vulnerables capaces de ayudar y de sostenerse por si mismas.
Desgraciadamente a nuestra sociedad le hace falta educación, principios, valores, una cultura digna que enseñe el valor del ser humano y que además transmita el sentimiento de ayudar a los demás sin necesidad de recibir nada a cambio, simplemente dar porque su corazón se lo indicó y por querer ayudar a alguien que lo necesita más que uno.
Por eso debemos luchar por ellos, por quienes nos dieron la vida y por quienes en su momento nos enseñaron lo valioso que es y que puede ser la vida, ahora nos toca a nosotros responder todos esos gestos y que mejor manera que aprendiendo a convivir con ellos y brindarles un espacio, un lugar en nuestra sociedad.


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