martes, 3 de junio de 2008

"El perfume o el mercado negro"

“El perfume”
O
El mercado negro

Al entrar al lugar mi mente y mi cuerpo reaccionaron rápida e instantáneamente, mi mente recordó haber leído el libro “El perfume”, mi cuerpo dio un paso para atrás, después cubrí mi nariz observando con desagrado todo lo que me rodeaba.
Me di cuenta de que la gente me miraba de manera extraña, por eso tuve que quitar las manos de mi nariz y contener todo el aire que pude dentro de mi cuerpo para no respirar ese peculiar olor.

Iba caminando con rapidez esperando salir lo más pronto posible, estando a un metro de la gloriosa salida escucho mi nombre a lo lejos, volteo y veo que es una señora con una sonrisa enorme a la que no puedo resistirme, en eso mi mente piensa: ¡no puede ser tendré que regresar!

Esa señora estaba tan emocionada mirando todos los tipos de pescado, que si el pescado ahumado, el lisa, el atún, los camarones gigantes, la langosta, etc. ¡por Dios, qué no les daba ese olor tan fuerte! Al percatarme de que no iba a poder salir de ahí tuve que resignarme a respirar normalmente y pasar por los inevitables charcos de agua sucia que había en los pasillos.

Después de concientizar mi mente vi todo de distinta manera, sin darme cuenta me acostumbré al olor, probé el pescado ahumado y hasta comparé la frescura y calidad de cada puesto, inclusive llegó un punto en el que me imaginaba los mariscos cocinados y quería comprarlos todos.

La señora alegre y simpática por fin hizo sus compras y al salir del ese peculiar lugar me di cuenta de que no todo era negativo, aunque es cierto que el aroma único no es del todo agradable y mucho menos el escurrimiento de agua sucia, supe todo esto se debe a la frescura y limpieza del producto.
Después de todo este día de reflexión y admiración al observar y conocer varios tipos de animales acuatices, valore no sólo el lugar sino a las personas que día a día hacen la labor de estar ahí ofreciéndole a la gente lo que pide.

Y aunque dure un poco de tiempo para acostumbrarme al lugar y sus aromas especiales, admito que esta pequeña parte de Ensenada es algo típico a el que muchísima gente va, así que la final no me quedó más que admirar y disfrutar el momento conviviendo con toda la gente que va a consumir los frutos del mar.

No hay comentarios: